Como ya se mencionó anteriormente las mallas para entutorar presenta muchos beneficios a diferencia del uso de la rafia. La instalación de ésta malla es sumamente practica y es por este motivo por el que desde hace años ha levantado el interés de muchos agricultores para aplicarla tanto en campo como en invernaderos o inclusive en pequeños huertos establecidos en casa.
La practicidad que tienen las mallas para entutorar es que se puede colocar de diferentes maneras según la necesidad tanto del agricultor y de la planta. Por ejemplo. Si se llegase a tener cultivos de solanáceas como es el caso de tomates, chiles y berenjenas, estas hortalizas carecen de tallos lo suficientemente fuerte y recto para mantener el peso de todas las partes de la planta elevados del suelo; por dicho motivo es que siempre se recomienda tutorar estos cultivos.
Otro caso similar es para las hortalizas cucurbitáceas como son los melones, pepinos, calabacín, calabaza, etc. que presentan un porte rastrero y siempre tienden crecer a lo ancho del suelo. Sin embargo estás plantas presentan ciertas estructuras modificadas como son los zarcillos que ayudan a la planta a treparse. De tal manera que se enrollan en el objeto más cercano para levantarse del suelo. Todo esto con la finalidad de captar mejor la luz del sol, aprovechar del viento e incluso ser más vistosos en su época de florescencia para atraer tanto a insectos y aves para que estos hagan de las suyas en cuanto a la polinización.
En cualquiera de estas dos familias de plantas (solanácea y cucurbitácea) siempre es más factible instalar un envarado o tutorado puesto que al evitar el contacto con el suelo tanto de las hojas como del fruto se reducen las enfermedades y plagas que fácilmente pueden ocasionar la muerte de nuestro cultivo. Por otro lado, es necesario conocer que tipos de envarado existen pero sobre todo cual es el adecuado para la planta.
Con las mallas para entutorar HORTOMALLAS la instalación más práctica y usual que existe es la malla espaldera en vertical, donde se coloca a lo largo de nuestra parcela y los cultivos en el caso de las solanáceas se sujetan con alguna herramienta no muy fuerte para evitar los daños a la planta.
En cuanto a las cucurbitáceas basta con solo montar la malla espaldera muy cerca de los cultivos para que estas por si solas se trepen a esta. Ya que si las necesidades del agricultor es aprovechar el espacio por una gran producción de cultivos se recomienda sujetar cada planta a la malla para asignarle un determinado sitio.
Otro tipo de tutoreo es el de la doble malla, éste se instala cuando nuestros cultivos son indeterminados pues tendremos frutos durante mucho tiempo y un crecimiento largo que requerirá de un tutoreo reforzado.
Por último se encuentra la malla espaldera horizontal. Esta tiene dos aplicaciones bastante interesantes. La primera y más común es para los cultivos de flores como los claveles, rosas, gladiolas, entre otras donde el mercado se interesa más en plantas con tallos rectos y la malla para entutorar funciona como un eficiente soporte. Otra aplicación común en los invernaderos de hortalizas con crecimiento indeterminado, la malla se coloca en la parte superior de los tutores verticales y se extiende horizontalmente simulando un techo. De esta forma los cultivos con frutos pesados pueden seguir creciendo bajo un soporte seguro.
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